Sinopsis:
La investigación del asesinato de una joven profesora lleva al teniente Mario Conde a adentrarse en el lado oscuro de la Cuba de hoy.
En los infernales días de la primavera cubana en que llegan los vientos calientes del sur, coincidiendo con la cuaresma, al teniente Mario Conde, que acaba de conocer a Karina, una mujer bella y deslumbrante, aficionada al jazz y al saxo, le encargan una delicada investigación. Una joven profesora de química del mismo preuniversitario donde años atrás estudió el Conde ha aparecido asesinada en su apartamento, en el que aparecen además restos de marihuana. Así, al investigar la vida de la profesora, de impoluto expediente académico y político, el Conde entra en un mundo en descomposición, donde el arribismo, el tráfico de influencias, el consumo de drogas y el fraude revelan el lado oscuro de la sociedad cubana contemporánea.
Nuestra opinión sobre Vientos de cuaresma:
Como decíamos en nuestra opinión sobre Pasado perfecto, primera novela de las protagonizadas por Mario Conde, emprendemos la lectura de ésta más que para descubrir un nuevo caso, para seguir disfrutando de las características que Leonardo Padura imprime a sus escritos.
Así, celebramos reencontrarnos no sólo con el protagonista de la saga, sino también con el resto de personajes que lo acompañan. Conoceremos las aficiones de su amigo el Conejo –la historia-, o la profesión de su otro amigo, Andrés el médico. También revela cómo acabó su íntimo amigo el Flaco en una silla de ruedas y el carácter profundo e indisoluble de su amistad. Josefina nos irá presentando sus creaciones culinarias, que curan el alma y el espíritu de Mario y de su amigo. Aparecen antiguos compañeros de su centro de estudios el Pre La Víbora como Candito el Rojo y un compañero inseparable del policía, con quien comparte sus noches solitarias: Rufino, el pez “peleador” que lleva el mismo nombre de su añorado abuelo.
Y, por encima de todo, se nos ofrecerá la esencia del propio Conde, apodado también como “el cabrón recordador”, a quien su compañero Palacios describe así: “una mezcla de empecinamiento y pesimismo, de inconformidad con la vida y de inteligencia agresiva eran los componentes de un tipo demasiado raro y eficaz para policía”. El porqué de ese pesimismo viene dado en gran parte por su profesión. El propio Mario nos regala una frase muy esclarecedora: “Horror al pasado, miedo al futuro: así corren hacia el día las noches del policía”.
La trama es entretenida, perfectamente intercalada dentro del cuadro costumbrista que dibuja el autor de la Cuba de finales de los años noventa. Con tan solo dos palabras son capaces de evocar la diáspora que carcome a la sociedad cubana: “Se va”, emigra, parte en busca de la libertad y de nuevas oportunidades. Igual que en su anterior novela negra, consideramos que tanto interés tiene la acción como la recreación del ambiente que la acompaña.
En esta ocasión, el lenguaje utilizado por Padura tiene menos modismos, lo cual facilita la lectura, que, por otra parte, nos permite disfrutar de una prosa excelente.
Con esta segunda lectura ya podemos afirmar que esta saga protagonizada por Mario Conde merece ocupar un lugar en nuestra lista de sagas de novela policíaca. Y seguimos con ganas de seguir acompañando a los protagonistas en nuevos casos.
Sobre Leonardo Padura:
Leonardo Padura nace en La Habana en 1955. Estudió Literatura Latinoamericana en la Universidad de esta misma ciudad.
Profesionalmente, inicia su carrera periodística en varias revistas, hasta que llega a ser redactor jefe de La Gaceta de Cuba. En 1988 publica su primera novela Fiebre de caballos. Ha escrito también guiones cinematográficos para documentales y para obras de ficción. Como ensayista, ha publicado varios textos sobre temas de literatura.
Cabe destacar que el escritor ha sido galardonado con prestigiosos premios: el Hammett, el Café Gijón, el Raymond Chandler, el Roger Caillois o el Initiales. Y otras condecoraciones que suponen el reconocimiento al conjunto de su obra como la Orden de las Artes y las Letras concedido por el gobierno francés, y el Premio Princesa de Asturias de las Letras otorgado en el año 2015.
Otras obras de Leonardo Padura:
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