Sinopsis:
En Sandaili, una humilde ermita excavada en la roca, ha aparecido el cuerpo mutilado de una mujer asesinada mientras practicaba un antiguo rito de fertilidad. Su torso ha sido abierto y vaciado y las manos han sido colocadas a ambos lados de su abdomen en actitud de entrega. La escena reproduce, con macabra exactitud, las figuras de los apóstoles que Oteiza esculpió en la fachada de la basílica de Arantzazu. Las pruebas señalan que alguien realizó una copia de su rostro en el momento de su muerte.
Un peligroso asesino ritual ha nacido al abrigo de las verdes montañas que guardan desde tiempos inmemoriales los mitos y las leyendas de los vascos. Un enclave aislado, moldeado por el agua que ha dejado sus cicatrices en forma de desfiladeros majestuosos y profundas cuevas. Ane Cestero y la Unidad de Homicidios de Impacto emprenderán un viaje a las entrañas de la tierra donde se oculta lo más oscuro del alma humana.
Nuestra opinión sobre El ladrón de rostros:
Este es el tercero de los libros protagonizados por la ertzaintza Ane Cestero adscrita al grupo de la UHI (Unidad de Homicidios de Impacto). Junto con sus compañeros ya conocidos por el lector, como su jefe Madrazo, los ertzainas Aitor y Julia y la colaboración de Silvia, la psicóloga que les ayuda a dibujar los perfiles criminales, será la encargada de resolver una serie de horribles crímenes.
Como si de otro personaje más se tratara, el paisaje donde se sitúa la acción juega un papel muy importante. Unos enclaves cuya belleza va acompañada de un halo mágico, como son las montañas donde se encuentra la ermita de Sandaili o el lago de Urkulu donde Julia intenta buscar la paz que habitualmente encuentra en su casa a orillas del mar en Mundaka.
Como en todas las novelas de este autor, el paisaje y la ambientación tienen un papel destacado. Él mismo explica esta característica presente en toda su obra: “como lector, me gusta cuando estoy en el salón de mi casa y abro una novela sentirme transportado a ese lugar, a esa época histórica”. Y precisamente es esta una de las mayores virtudes de sus novelas, que hacen que el lector se sienta inmerso en el lugar y viva la acción como si estuviera presente. Los recursos que utiliza para conseguir este preciado efecto los expone en esta entrevista en Cadena Ser.
Una trama ligada a las características del lugar
Si en La hora de las gaviotas el punto de partida era la fiesta popular del Alarde de Hondarribia, y en La Danza de los tulipanes juega un importante papel el mágico paraje de la ría de Urdaibai, en esta ocasión el elemento alrededor del cual se forja es la escultura de los catorce apóstoles de Oteiza que preside la fachada de la Basilíca de Arantzazu, en Oñate, rodeada de polémica por representar 14 en lugar de 12 apóstoles.
Y aunque de momento las novelas protagonizadas por Ane Cestero son solo tres (que pueden leerse independientemente), es de esperar que la saga continúe, porque los protagonistas del grupo de Homicidios de Impacto aún tienen mucho recorrido por delante, y nos gustará seguir acompañándolos en sucesivas tramas.
Sobre Ibon Martín:
Nacido En Donosti en 1976. Periodista español, Ibon Martín cursó estudios de Comunicación y Periodismo en la Universidad del País Vasco.
Tras licenciarse, pasó a trabajar para varios medios de carácter local, labor que combinó con una de sus más grandes pasiones: viajar. Desde hace unos años se ha dedicado a completar varios libros de viajes y rutas por Euskal Herria, siendo uno de los grandes expertos en turismo rural y ocio de todo el País Vasco.