Sinopsis:
Kioto, 1966. El joven Hamaguchi trabaja en una fábrica de textiles. Cansado de no poder satisfacer su pasión por el dibujo, se despide y se marcha a Tokio. Allí, un estudio de manga le ofrece una oportunidad, al mismo tiempo que descubre la vida nocturna y los ambientes artísticos de la ciudad. Pero el trabajo de ayudante de mangaka es extenuante y Hamaguchi pronto se da cuenta de la dificultad de encontrar tiempo y energía para dedicarse a su propia obra.
Por primera vez, Jiro Taniguchi recuerda sus primeros pasos como mangaka y su juventud en el Tokio de los años 60. Una magnífica historia sobre el aprendizaje, donde toda la delicadeza y elegancia del autor se unen para ilustrar las primeras emociones de la edad adulta.
Nuestra opinión sobre Un zoo en invierno:
Es el relato de los primeros años de la vida del joven dibujante Hamaguchi, desde su partida de Kioto hasta la culminación de su primera obra corta. La narrativa aborda la vida como asistente y posterior mangaka, entrelazando esta travesía con una conmovedora historia de amor entre el protagonista y una joven enferma a la que le han pedido que entretenga.
Hamaguchi, apasionado por el arte de dibujar, encuentra ahora sus pensamientos dirigidos hacia otro aspecto de su vida. El protagonista se ve perturbado por la ausencia de su amada y cautivado por su presencia, llegando a la conclusión de que el universo del manga carece de sentido sin ella; descubre su verdadera inspiración solo cuando encuentra el amor. A diferencia de Mizuki y Tatsumi, otros autores cuya devoción al manga es total y apenas exploran relaciones sentimentales en sus obras, Taniguchi establece un vínculo inextricable entre el amor y el manga. De esta manera, el mensaje que nos deja es que para que uno prospere, se hace indispensable la presencia del otro.
La obra ha sido calificada por cierto sector como ejemplo de “un tipo de ficción autobiográfica enmascarada”, como lo son Indigno de ser humano de Osamu Dazai o Una vida errante de Yoshiharo Tatsumi.
En lo referente a las ilustraciones, cabe destacar su realismo y atención al detalle. Sus dibujos reflejan un nivel notable de detalle en la representación de escenas, paisajes y expresiones faciales.
En cuanto al estilo, emplea una narrativa visual pausada y reflexiva, transmitiendo atmósferas y sentimientos a través de las imágenes sin necesidad de texto. En definitiva, su estilo de dibujo se caracterizaba por líneas limpias y definidas, así como por un uso efectivo de sombreados y texturas. Esta técnica contribuye a la claridad visual y a la estética general de sus ilustraciones.
A destacar el uso del espacio y la composición, ya que sus viñetas están organizadas de manera que la lectura resulte fluida y armoniosa. Además, utiliza diferentes tamaños y disposiciones para enfatizar momentos clave y generar el deseado impacto emocional acorde con el texto. En resumen, una novela muy recomendable.
Sobre Jiro Taniguchi:
Jiro Taniguchi, nace en 1947 en la ciudad japonesa de Tottori y es reconocido por su destacada contribución al mundo del manga. Al inicio de su carrera, al igual que muchos colegas suyos, trabajó como asistente para el experimentado mangaka Kyota Ishikawa. Sin embargo, su talento sobresaliente le permitió afirmarse rápidamente como dibujante.
En sus primeros años, contó con el apoyo de reconocidos guionistas para impulsar su trayectoria. Destacan entre ellos Natsuo Sekikawa y Marei Karibu, con quienes colaboró en múltiples ocasiones. No obstante, a medida que avanzaba su carrera, Taniguchi asumió roles tanto de guionista como de dibujante, convirtiéndose en un autor integral. Aunque de manera menos frecuente, también colaboró con otros autores japoneses y extranjeros. Participó en obras como Ícaro, con guion de Moebius; Mi año, en colaboración con Jean-David Morvan; y Tokio es mi jardín, junto a Benoît Peeters y Frédéric Boilet.
El mundo del cómic lamentó profundamente la pérdida de este autor en 2017, una figura clave para la expansión del manga en Europa. Su estilo cercano al cómic francés, su dibujo detallado y realista y su tono poético lo han posicionado como un autor de culto tanto dentro como fuera de Japón.
Premio a la Excelencia en Manga del Festival de Arte de Medios de Japón: Ganó este premio en varias ocasiones a lo largo de su carrera por obras como El almanaque de mi padre, Un zoo en invierno y Barrio lejano.
Gran Premio del Manga de Japón: Recibió el Gran Premio por El almanaque de mi padre, una de sus obras más aclamadas, en el año 1999.
Premio al Mejor Guión en el Festival de Cómic de Angoulême: Fue galardonado con este premio en el año 2003 por su obra Barrio lejano.
Otra obra ganadora de varios premios que igual también te puede gustar, del autor Yaro Abe, es La cantina de medianoche.
Otras obras de Jiro Taniguchi:
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Me encanta Jiro Taniguchi, gracias por traer esta novel gráfica.
Hola Alex,
A nosotras también nos gusta el autor. Muchas gracias por compartir tu opinión con nosotras, ¡esperamos seguir viéndote por aquí!