Sinopsis:
Un día, Salomé recibe una llamada de la funeraria de su pueblo natal informándole de que su madre, con la que llevaba veinte años sin mantener relación, ha muerto. En ese momento sabe que le toca enfrentarse al hecho de que quizá nunca fue buena hija, del mismo modo que su madre no fue una buena madre.
A su pesar, pero irremediablemente, Salomé se reencuentra con los fantasmas de su pasado, ¿las amigas, los primeros novios, el rastro de sus errores? y también con algunas sorpresas. Y, definitivamente, aprende que para formar una autentica imagen de nosotros mismos necesitamos tener, también, la mirada del otro.
Carmen Amoraga, finalista del Premio Planeta y ganadora del Premio Nadal, presenta una novela que toca de lleno el tema de la maternidad y la «mala madre», la precariedad laboral y la doble moral de la sociedad, la construcción de los recuerdos, la culpa, los prejuicios y, sobre todo, el amor.
Nuestra opinión sobre La memoria infiel:
Como todas las novelas de Carmen Amoraga, también esta trata básicamente de sentimientos. Y lo hace de una manera sencilla, cercana, sin dramatismos y con mucha verdad. En esta ocasión el punto de mira está puesto en las a veces difíciles relaciones entre madres e hijas. Tema delicado, profundo, que nos toca muy de cerca, ya sea por semejanza o justo por lo contrario, por eso la novela no deja indiferente.
También pone en cuestión hasta qué punto es fiable nuestra memoria y cómo de conveniente puede ser hacer una revisión de lo que la misma guarda como verdades inalterables. La necesidad de confrontar nuestros recuerdos con los del “otro” que vivió los mismos hechos pero cuya versión puede ser significativamente diferente. Proceso que muchas veces, como en la novela de Amoraga, puede ser sanador.
Durante el relato va apareciendo una galería de personajes que conforman el universo de la protagonista absoluta: Salomé, la hija “no querida”, a la que acompañan la amiga íntima Marisol, que guarda su propia versión del relato; Ana (la “mala” madre), y otros personajes bien dibujados que acaban de poblar el universo de la protagonista.
Así, encontramos a Consuelo y José Luis, vecinos de Salomé que cuidan de su hijo Javi cuando ella trabaja o él está enfermo. José Luis, un hombre mayor que depende de una máquina de oxígeno, es atendido con paciencia por Consuelo. Ambos quieren a Javi como a un nieto, y él los considera como abuelos; Charo y Miguel, vecinos de Ana (Charo es desagradable y no soporta a Ana, Miguel, en contraste, es amable y apreciaba a Ana y soporta a su esposa con paciencia y una tristeza constante).
Sebas: Compañero de clase y primer amor de Salomé o Rafa, el casero de Salomé, atractivo, pero hipócrita y egoísta.
Con su estilo directo, sencillo e intimista, la autora explora los sentimientos de los personajes logrando que el lector vaya siguiendo la estela que marca en una experiencia rica y entretenida.
Sobre Carmen Amoraga:
Carmen Amoraga nace en 1969 en Picanya, Valencia. Estudió Ciencias de la Información. Profesionalmente, ha trabajado para diferentes medios de comunicación como la radio o la televisión, además de en prensa. Ha publicado como columnista en diversos medios como Levante-EMV, la Cadena Ser, Cartelera Turia, Mujer hoy o Harper’s Bazaar España.
También ha trabajado como asesora de relaciones con los medios de comunicación de la Universitat de València y ha sido Directora General de Cultura y Patrimonio de la Generalitat Valenciana desde 2015 a 2023.
A lo largo de su trayectoria en el mundo de la literatura, ha publicado varias novelas aclamadas por la crítica y el público, En 1997 su primera novela Para que nada se pierda fue galardonada con el II Premio de Novela Ateneo Joven de Sevilla, en 2007 fue finalista del Premio Nadal con Algo tan parecido al amor, premio que ganaría finalmente en 2014 por La vida era eso, y en 2010 quedó finalista del Premio Planeta con su obra El tiempo mientras tanto.
Otras obras de Carmen Amoraga:
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