Sinopsis:
Una investigación que conducirá al detective Mario Conde hasta una antigua trama de corrupciones en la Cuba postrevolucionaria.
Una noche de otoño, unos pescadores descubren un cadáver en la playa del Chivo, en La Habana. La víctima, Miguel Forcade Mier, ha sido asesinada con una saña brutal, casi inexplicable. Este crimen removerá una antigua trama de corrupciones y viejas ambiciones frustradas, ya que, en efecto, en los años sesenta Forcade había dirigido oficialmente las expropiaciones de bienes artísticos requisados a la burguesía tras la Revolución. Pero, después de acumular poder, influencia y, seguramente, no pocas envidias y resentimientos, en 1978 Forcade decidió, sin motivo aparente, sumarse al exilio de Miami. Sin embargo, poco antes de su asesinato, había vuelto misteriosamente a Cuba, casi como si hubiera querido recuperar algo muy valioso y cuya existencia sólo él conocía. Como el caso se presenta delicado, ¿quién mejor para dar con el asesino que el teniente investigador Mario Conde, viejo zorro en esos menesteres, al parecer sin nada ya que perder?
Nuestra opinión sobre Paisaje de otoño:
Aunque en 2022 ya se han publicado 10 novelas protagonizadas por el detective Mario Conde, Paisaje de otoño fue la que, en su día, se creyó que cerraba la saga, completando la tetralogía pensada inicialmente por el autor.
Después de leer Máscaras, fue tal la inquietud (como lectoras) que nos provocó la incertidumbre sobre el futuro de Mario, que emprendimos sin demora esta nueva lectura. Así, nos reencontramos con el personaje encerrado en su casa, hundido en el desánimo y la amargura, después de haber presentado su renuncia a ser policía y de recoger el cadáver de su compañero Rufino, el pez peleador.
Pero enseguida acuden al rescate sus fieles amigos: Andrés, el Conejo y, capitaneando la expedición, su amigo del alma Carlos, el Flaco que ya no es flaco. También volvemos a encontrar en el relato a su compañero Palacios y a su mentor, el mayor Rangel, fiel a su pasión por los buenos puros.
Y ocasionalmente aparece un “personaje” que tendrá un papel central en esta novela: el ciclón Félix, fenómeno meteorológico cuya espera enervará los nervios y las conciencias de todos.
La realidad cubana como trasfondo de la historia
El trasfondo de la novela sigue siendo, como en las anteriores, la realidad cubana y el descontento de una sociedad víctima del fracaso del milagro económico prometido por la Revolución.
Los hechos transcurren en La Habana, una bella ciudad que día tras día sucumbe a un progresivo y fatal deterioro que impele a sus habitantes a sentir nostalgia de tiempos pasados, antes de 1959. Pero también nos ofrece un retrato de otra ciudad siempre presente: Miami, destino soñado en ocasiones y conseguido en otras por una generación que busca recobrar la libertad en tierras americanas y cuyo sueño no se corresponde siempre a sus elevadas expectativas.
Como en sus anteriores novelas, Padura nos regala un estupendo cuadro costumbrista donde se recoge la idiosincrasia del país y sus gentes. Utiliza modismos de su tierra, que no entorpecen la lectura aunque de algunos ignoremos el significado, pero que se deduce del contexto. Y una fina ironía de la cual os dejamos un ejemplo: “fumar poco sin realizar inversiones previas” sería su manera de definir a los típicos gorrones de tabaco.
Nos despedimos por el momento del Mario Conde, ese personaje que, en palabras del autor “se esconde tras una coraza de ironía, alcohol, tristeza y escepticismo”, pero dejándolo en compañía de sus amigos y la celebración de su 36 cumpleaños.
Sobre Leonardo Padura:
Leonardo Padura nace en La Habana en 1955. Estudió Literatura Latinoamericana en la Universidad de esta misma ciudad.
Profesionalmente, inicia su carrera periodística en varias revistas, hasta que llega a ser redactor jefe de La Gaceta de Cuba. En 1988 publica su primera novela Fiebre de caballos. Ha escrito también guiones cinematográficos para documentales y para obras de ficción. Como ensayista, ha publicado varios textos sobre temas de literatura.
Ha sido galardonado con prestigiosos premios: el Hammett, el Café Gijón, el Raymond Chandler, el Roger Caillois o el Initiales, Y otras condecoraciones que suponen el reconocimiento al conjunto de su obra como la Orden de las Artes y las Letras concedido por el gobierno francés, y el Premio Princesa de Asturias de las Letras otorgado en el año 2015. Puedes visitar su web aquí.