Una saga derivada de los acontecimientos de Criminal. En el verano de 1988, Teeg Lawless vuelve a casa para planear el mayor golpe de su carrera. Pero Ricky, el hijo de Teeg, y los amigos de éste están empezando a recorrer el mismo sendero oscuro por el que antes caminó su padre, y éste va a convertirse en el peor verano de sus vidas. Relato épico de una tragedia que se pasa de generación en generación, Cruel Summer es una obra maestra a cargo de los más celebrados autores noir de la industria.
Nuestra opinión sobre Cruel Summer:
La sensación que provoca la lectura de esta novela gráfica es la de estar en el cine viendo una película de cine negro americano al estilo de El halcón maltés o La jungla de asfalto, por ejemplo. Así de impactante es el realismo que confieren a la historia tanto el texto como las imágenes.
Cruel Summer forma parte del universo creado por los autores con su aclamada obra Criminal. Al final de la novela, el mismo Ed Brubaker explica el contexto donde hay que situar la historia.
En esta ocasión, se centra en una de las tres familias que allí aparecieron: los Lawless, donde seguiremos los pasos del padre –Tegg- y su hijo Ricky. A ellos se suma Jane, la nueva pareja de Tegg, y el detective Dan Faraday, veterano de la guerra de Vietnam y ex policía.
La trama reúne todas las características del noir americano: planificación de un “golpe”, persecuciones, papel estelar de las armas, ambiente de los bajos fondos… Pero también plantea cuestiones relativas a los antecedentes que han provocado que los personajes se sitúen al otro lado de la ley. Traumas de la infancia que han desembocado en conductas violentas en la juventud, influencia negativa de los padres, secuelas de la estancia en la cárcel… Circunstancias todas ellas que serán el caldo de cultivo de posteriores acciones criminales.
La novela está dividida en diferentes capítulos, cada uno de los cuales tiene sentido por sí solo y no únicamente como parte de un todo. Capítulos a los que preceden títulos sugerentes como La noche del cazador, Dos caminos al infierno, Ojos inquietos…
El guión se desarrolla en un tipo de lenguaje cinematográfico, lo que contribuye a la sensación que apuntábamos de estar viendo una película. Con una estética cuidada hasta el mínimo detalle, desde el uso de diferentes tipografías para apoyar la fuerza de los diálogos, hasta el uso de colores diferentes para distinguir entre texto narrativo y diálogos.
En cuanto a las imágenes, tienen una fuerza y una expresividad propias de una fotografía. Casi tenemos la sensación de percibir a los personajes en movimiento. Los ambientes están recreados con precisión: pocos elementos pero con una tremenda efectividad.
Nos quedamos con ganas de seguir deleitándonos con otras obras fruto de la colaboración de ambos artistas.
Sobre los autores:
Ed Brubaker nace en 1966 en Maryland (EE.UU). Profesionalmente, destaca su faceta como guionista, aunque sus inicios en el mundo del cómic fueron como dibujante de historias como Lowlife, de carácter autobiográfico.
Con The Fall inicia su andadura como escritor, lo que le abrirá las puertas para trabajar en Vértigo, propiedad de DC y más tarde, en Marvel, colaborando en las famosas series en series tan conocidas como Batman, Daredevil o Capitán América, entre otras.
A partir de 2012, en colaboración con Sean Philips, trabajara de forma independiente, creando las series de género negro por las que han sido ampliamente premiados, como Criminal, Fade Out , Kill or be Killed y Reckless.
Su obra ha merecido diversos reconocimientos como el Premio Eisner (en siete ocasiones) o el Harvey.
Sean Philips nace en 1965 en Reino Unido. Se graduó en la Facultad de Arte y empezó a trabajar como dibujante de cómics en 1988. Aunque ha trabajado con varios autores, lo más conocido de su obra lo constituyen las series realizadas en colaboración con Ed Brubaker, con el que sigue trabajando en la actualidad.